El tiempo nos hace mas violentxs.

lunes, 26 de diciembre de 2011

A la otra no dudo y corto.

Un número desconocido me estaba llamando. Contesté, pensé que era uno de los cabros. Cuando pregunté quien era, una voz segura me dijo "Felipe".
¿Que Felipe? pregunté yo haciéndome la hueona. "El Felipe, Felipe... Vera, Vera, Vera, hueon, Felipe Vera..."
Sentí como todos los órganos se me daban vuelta adentro.
¿Que querí? Quise ser lo mas fría posible. "Hablar contigo, ¿estay en el liceo?"
Yo andaba en la Yungay con la Tale y el Menzel comprando pan.
No. No estoy. Iba a cortarle, pero de puro tonta no lo hice. Voy a llegar en un rato.
"Ya, ahí nos vemos."
Cuando llegué, me llamó de nuevo.
"Te voy a decir todo por teléfono. No quiero verte..." Y bla bla bla. Que "estoy bien con la Nati", que "déjanos tranquilos", que "no te quiero ver", que "no te quiero hablar", que "cada vez que te veo me acuerdo de lo que le hice a la Nati", que "no jugué con tus sentimientos, pero nunca dejé de querer a la Nati, cuando estaba contigo nunca dejé de quererla"...
¿Como que no estabai jugando conmigo maricón culiao? acabai de decir que siempre quisiste a la Nati...
"Bueno, si, jugué contigo"... Y bla bla bla.
Al final terminé llorando, y hoy pensé en todas las respuestas que le pude haber dado en vez de llorarle en el teléfono.




Le doy gracias a la mamá del Kramer por traerme a su hijo al mundo, pero le pido que lo cuide, para que nunca más en su vida se tope con una persona como la Natalia.
Ah, si, escribo lo que quiera, por si acaso. ¿Te molesta? acostúmbrate, y pa la otra, llámame tu, cobarde culiá, que por teléfono no puedo partirte el hocico.

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