El tiempo nos hace mas violentxs.

lunes, 18 de marzo de 2013

Entonces miro a mi lado, al lugar que siempre debiste ocupar, y no estas ahí  Entonces apoyo la cabeza en mis rodillas y siento un leve viento que viene ya cansado. De pronto acaricias mi pelo, lo revuelves, tal como solías hacerlo. Me levanto y te miro.
El viento sigue acariciándome el pelo. Entonces no estás.
Entonces recorro con los ojos cada rincón de las escaleras y en cada uno te veo sonriente.
Me subo a la micro y al lado mio, en tu lugar, se sienta alguna vieja siutica reclamando por el calor. Y de nuevo vienes a mi.
Casi puedo escucharte.
Casi...
Entonces al bajarme veo como la micro cierra sus puertas y avanza, y no hay nadie arriba para despedirme. No se a quien busco.
Quizás de pronto me llegue un olor que me recuerde a ti.
Entonces debo sostenerme el cuerpo, poniendo énfasis en el pecho.
Y te recuerdo ahí, cuando eras tu quien sostenía mi cuerpo
Y quiero tus brazos, enredarnos en las sabanas mientras te rozaba solamente, para que después me susurraras algo que no entendía, pero de seguro era que me amabas.
De seguro era que me amabas.
Entonces estás ahí, tocando mis costillas que poco sobresalen, tocando mis muslos que ahora te extrañan, besando mis pechos que te pertenecieron, revolviendo el pelo que el viento acarició.
Y tu olor llega de nuevo, entonces lo respiro lo mas hondo que puedo, lo alojo en mi cerebro, me da pena, te lloro.
Entonces no estás, nuevamente.
La cama una vez mas se hace demasiado grande para mi sola. La recorro con la punta de los dedos, inconscientemente dibujando tu figura. Quizás no tan inconscientemente.
Entonces te recuerdo.
Entonces no estás.