El tiempo nos hace mas violentxs.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Cuanto + me sujetas.

No sirvió para nada,
que llenaras el cantaro de miel,
porque al llevarlo a mi boca, quedó convertida en amarga hiel.

Cuanto más me sujetas,
más miedo tengo de caer.

Me marche de mi espacio y me hiciste un hueco en tu piel,
y como en un rosario, recé cada parte, sin entender.

Cuanto más me sujetas,
más miedo tengo de caer.

Como una estrella perdida,
vagué en tu universo y tuve sed, y sin pensarlo dos veces,
pusiste el oceano a mis pies.

Cuanto más me sujetas,
mas miedo tengo de caer.



Bebe.





video.




sábado, 25 de diciembre de 2010

Siempre.

Siempré me quedará la voz suave del mar, volver a respirar la lluvia que caerá sobre este cuerpo.




miércoles, 22 de diciembre de 2010



¿Y si os vais todos juntos a la mismísima MIERDA?







jueves, 9 de diciembre de 2010

martes, 7 de diciembre de 2010

Apples, VI.


Juan, hay una oportunidad en un millón de que me salve. Y todo depende de ti. Estoy loca, estoy completamente loca, pero de pronto estoy alegre y optimista porque todo depende de ti. Juan, tienes que llamarme aquí, no es imposible, no es imposible, estoy en la estación de Marsella, tienes que adivinarlo, ¿recuerdas que aquí nos conocimos? Y cuando hablemos, agradéceme las flores, Juan, y no hables de manzanas. Llámales apples, agradéceme the apples, por favor, Juan. Hay siempre un futuro para una niña traviesa. No te olvides: apples, Juan, por favor, gracias en Marsella.




(Alfredo Bryce Echenique.)









Cuán difícil puede resultar olvidar.


lunes, 6 de diciembre de 2010

.


Drugs are for losers and I'm one of them

Apples, V.


He regresado a la derrota de mi vida. El camino hasta aquí lo hice destrozando este día de tu cumpleaños en que amanecí soñando con tus flores y tus manzanas. Con cuánta ternura las busqué, con cuánta ternura las compré, escogiéndolas una por una, para ti, mi amor, por tu cumpleaños. Esta búsqueda, esta compra, esta selección, han sido mi día, eran para ti, Juan, eran para ti, que por la noche regresabas de Bruselas. Y ahora, la caminata hasta tu departamento me ha traído hasta este lecho donde yazgo. Sigue el presente, Juan. Estoy desesperada, tan sola, tan triste, tan inútilmente bella. Le he robado a una de esas muchachas este muchacho. Ya hicimos el amor y ya le conté que acababa de matar a un pianista llamado Juan. No me entendía bien, al principio, o sea que le conté que había sido primero un regalo de cumpleaños, una sorpresa para tu retorno, y luego, después, de pronto, un crimen premeditado, un perfecto crimen por telepatía. Por fin me entendió: tras haberte dejado mi regalo, las flores se convirtieron en mí, las manzanas en ti. Yo soy las flores, tú eres las manzanas, viejo, podrido, muerto.

Sigo sola, Juan, sigo huyendo, qué horrible resulta huir sin haberte dejado huellas. Estoy sentada en una estación de tren y no sé cuál tren tomar. Regresar a París... No me atrevo, no me atrevo sin haberte llamado antes. Y ahí está el teléfono, pero no me atrevo, esta vez no me atreveré a llamarte. Y tú, ¿cómo podrías llamarme?, si no te he dejado huellas esta vez. Pobre Juan, cuántas horas al día estarás tocando tu piano mientras yo regreso. No merezco regresar, Juan. No te olvides que te he matado.




(Alfredo Bryce Echenique.)

jueves, 2 de diciembre de 2010

Apples, IV.



Juan, debes sufrir mucho por mí:

"Las flores que aquí te traigo", lo repito y lo repito, pero he mirado a una de esas muchachas con descaro. Qué fácil caminan. Qué bien les queda la ropa. Qué tranquilas viven y qué tranquilamente caminan. Sus ojos, sus cabellos, las piernas, los muslos, las nalgas. Quise arrodillarme y entregarles las flores. Una, dos muchachas así llevo ya encontradas en mi camino con las flores que aquí te traigo. Qué trabajo me cuesta llegar a tu departamento. Y me falta el ataque de angustia en tu ascensor, todavía. Es todo lo que he aprendido en la vida, estos ataques de angustia en silencio, sin que nadie los note. Hasta me gustan porque parece que es entonces cuando se me abren enormes los ojos y miro sin ver y la gente me baja la mirada y me siento fuerte, casi tanto como para causarle miedo a la gente, a lo mejor hasta causarles miedo a esas muchachas terriblemente deportivas. Por qué, Dios mío, por qué, si soy tan bonita, tan joven, si te quiero tanto, si me quieres tanto, si no necesito para nada de esos muchachos terriblemente deportivos, adolescentes de aspecto, tranquilos de andada, serenos en los inquietos vagones del metro. Ya sé que la vida no es así, me lo explicaste con amor, pacientemente, pero tal vez si en lugar de esas lágrimas que te saltaron a los ojos, tal vez si en su lugar hubieses encontrado algunas palabras en inglés. No lo lograste. Y desde entonces te quiero matar.



(Alfredo Bryce Echenique)

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Apples, III.


Tenía lágrimas en los ojos cuando me desperté soñando con un día tan lindo, con tu retorno, con la sorpresa que te iba a dar. Las flores. Tu compota. Era como si acabaras de pronunciar una palabra en inglés con respecto al resto de mi día, a la idea que ya empezaba a metérseme de encontrar a alguno de los chicos con que te engaño, para vanagloriarme. Pero no estabas. No estabas y no había palabra tuya que me convirtiera en una niña muy traviesa. Y recordaba tus largas horas de trabajo, tu fuerza de voluntad, la forma en que puedes practicar horas y horas tu piano y amarme y saberlo todo. Sí, lo sabes todo. Quisiera matarte.

Juan, hay un tipo de muchacha, sobre todo, que me aterroriza. "Las flores que aquí te traigo", lo repito y lo repito, pero ya han aparecido dos de esas muchachas y he querido obsequiarles tus flores. Son muchachas más altas que yo, más jóvenes que yo, y sobre todo son de un tipo terriblemente deportivo. Cruzan las esquinas fácilmente, Juan. Tienen algo que hacer, Juan. No les importaría tu piano, Juan, ni que andes siempre pasado de moda, ni que tengas también muchos años más que ellas. Juan, no las mires nunca, por favor. Pero tú, además, ni siquieras las ves. Adoro tu bondad. Esas muchachas son, Juan, son para mi mal. No sé qué son, no las soporto y quiero inclinarme, no sé si deseo que me peguen o hacer el amor con ellas. En todo caso quiero quitarles al muchacho que va con ellas. Aunque vayan solas, quiero quitarles al muchacho que va con ellas. Juan, tú y yo lo sabemos, no hay palabra tuya en inglés que me convierta en niña. traviesa cuando me tropiezo con esas chicas tan lindas. Me dijiste que yo era a queen. Otro día me encontraste most charming, otro día citaste el más maravilloso verso de Yeats. Te sonreí. Y tú sabes de tu fracaso, no lograste encontrar una palabra y odio tu piano. Te mentí una sonrisa y lo sabes también. Juan, debes sufrir mucho por mí:





(Alfredo Bryce Echenique)

martes, 30 de noviembre de 2010

Apples, II.


Y nada es culpa tuya, Juan. En el presente inmenso camino con las flores que aquí te traigo y quiero entregárselas a tanta gente. Juan, hay un tipo de muchacha, sobre todo, que me aterroriza. Bastó con que empezara a llevarte las flores para que empezaran a sugir en mi camino. Es tu cumpleaños y amanecí sonriente, amándote tanto. Te imaginé amaneciendo en tu departamento plagado de objetos, de cuadros, tu viejo departamento parisiense donde si hubiera futuro quisiera perderme y que el miedo jamás me volviera a encontrar.

Tu piano, tu pasión por la música, tu pasión por algo, tus horas de estudio, la grandeza con que callado te enfrentas al trabajo mientras yo corro y quiero huir y huyo dejándote huellas para que me encuentres. Perdóname, Juan. Perdonarte qué, me preguntas siempre, mientras encuentras, siempre, también, la palabra más apropiada para que jamás se note que he intentado herirte. Tu piano, tus horas de estudio, tu departamento plagado de cuadernos de música, de tantos cuadros y de tantos objetos. Yo no puedo pintar los cuadros. Yo no te he obsequiado esos objetos. Perdóname, Juan. Perdonarte qué. Y mil veces, una palabra en inglés con la que en vez de descubrir la falla, la escondes, la evitas para siempre, con tanto amor, con tanta ternura, con toda la bondad del mundo. Me entrego a tus brazos cuando encuentras la palabra en inglés que embellece hasta el olvido lo que soy y eres capaz de convertir mis tentativas de huir en la travesura de una niña con futuro.

Pero todo es presente y hoy es tu cumpleaños y desperté soñando ya con tu departamento y con estas flores que aquí te traigo. "Le voy a comprar a Juan el más lindo ramo de flores que encuentre. Iré a comprarle las manzanas más podridas que se vendan en el mercado y, esta noche, cuando regrese de su viaje, tras haber triunfado en su concierto de Bruselas, encontrará las flores y podrá prepararse una compota". Juan, esto era todo mi programa para el día. Juan, esto es todo lo que tengo para todo el día. Nada más que hacer. Bueno, tal vez encontrarme con uno de los muchachos que odio, uno de los chicos con quien te engaño, y sobre valorarme diciendo que Juan regresa esta noche de otro triunfo en Bruselas, ocultando siempre que hoy cumples otra vez muchos años más que yo.




(Alfredo Bryce Echenique)

lunes, 29 de noviembre de 2010

Apples, I.


Hay viajes, ni siquiera viajes, porque son simples recorridos por la ciudad, por un barrio de la ciudad, y que, sin embargo, resultan interminables, dolorosas aventuras de condensación, de descubrimiento. Y hay descubrimientos que no son más que el enorme resumen de todos nuestros problemas, Juan. "Las flores que aquí te traigo", me digo, me lo repito ansiosa de llegar a tu departamento, luchando con las esquinas, todas aquellas esquinas por las que puedo torcer a la derecha, a la izquierda, y nunca llevarte nada. Y aquella esquina definitiva por la que he deseado irme a veces para siempre. He tratado de hacerlo, pero ya sé, ya sé, tu amor gana, como todas las veces aquellas en que huí y te fui dejando huellas para que me encontraras. Nunca he amado así, tampoco, pero también a eso le tengo miedo. Contigo no hay pasado, contigo sólo hay presente, y contigo no hay futuro porque yo no quiero que haya futuro contigo. Y por eso, claro, es por eso que sólo hay este interminable presente. Ya te llevé las flores, ahí las encontrarás ante tu puerta, pero yo sigo andando y repitiéndome "las flores que aquí te traigo", y me duele horriblemente. Hoy he querido matarte. Te puse las manzanas medio podridas junto a las flores, y tomé conciencia de que con ellas podía matarte. Tomé conciencia sólo entonces. Hasta entonces eran un regalo porque te gustan así, medio podridas, para prepararte tus compotas. Ahí me vino la idea: encontrará las flores tan bellas, tan frescas; bellas, frescas y jóvenes como yo. Y como es un tipo demasiado sensible, como es un tipo que parece viejo junto a mí, mucho mayor que yo, verá el ramo de flores que soy yo, verá al llegar a su puerta las manzanas que son él, y comprenderá que he querido matarlo. Y eso lo matará. Lo matará. Aunque sea poco a poco. Cuando sepa que yo he pensado así, que he imaginado eso, que sabiendo todo eso no he retirado las manzanas, eso lo matará.




(Alfredo Bryce Echenique)

martes, 23 de noviembre de 2010

Wind


Campanas de viento. Adornos que cuelgan desde el techo hacia abajo, que hacen juego con las paredes, que bailan su propia melodía. Camapanas de viento, siempre me han gustado.
Un día sola en casa, tirada en el suelo, fumado un cigarro y pensando en cosas existenciales mientras todo alrededor sigue su curso normal. La típica manta en el suelo, el típico cigarro a la boca, la típica música autodestructiva. Las mismas ganas de morirse que vienen una vez a la semana o a veces más. Depende de la circunstancia.
Todo depende de la circunstancia.
Que me bese depende de eso. La manera en que me mire o simplemente me llame por teléfono.
Lo que planee para mi vida también depende de la circunstancia. Tal vez salga a hacer malabares, tal vez me inscriba en el gimnasio, tal vez me quede todo el verano sentada frente a un montón de lata o tal vez intente irme a Valparaíso por unos días.
Todo, maldita sea, todo depende de la circunstancia.
Incluso mis campanas. Ahora mismo podría darme el arranque de locura, y podría sacarlas todas para luego tirarlas a la basura.

Pero esta no es la circunstancia.

lunes, 22 de noviembre de 2010

@





FUCK YOU!






(@Facu's party. Red head, that's me!)

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Eguein



Una vez más, qué más da?




Ya estoy acostumbrada a este tipo de cosas.




Una vez más.


martes, 9 de noviembre de 2010



I N T E R N A D A .






9 letras que me mandaron en un segundo a la mierda.
Espero que estés bien.



domingo, 7 de noviembre de 2010

.



Lo único que sé, es que voy a extrañarte mucho, C.










(un loquero.)

viernes, 5 de noviembre de 2010

R-ouge

¿Que acaso no podía fijarse en una mina menos ahueoná y torpe?





jueves, 4 de noviembre de 2010

If it means a lot to u.

Hey sweetie,
I need you here tonight,
And I know that you don't wanna be leaving.
Yeah, you want it but I can't help it.
I just feel complete when you're by my side,
But I know you can't come home 'til they're singin'.


La, la la la, la la la,
'Til everyone is singin'.
La, la la la, la la la.



lunes, 25 de octubre de 2010

.-.

Informe de mierda. Llevo dos días tratando de hacerlo, ya debería haberlo entregado, no lo hice y espero que la señora me lo acepte y no me mande al espacio sideral.
Ayer me distraje, y mucho. De todos modos, no me arrepiento de haber pasado horas y horas hablando con él. Y ahora lo extraño LALALALA.

domingo, 24 de octubre de 2010

viernes, 22 de octubre de 2010

ATDI ♥




WALK AWAY.






198d

lunes, 18 de octubre de 2010

*

Miénteme, muérdeme tal vez. Golpéame, o mátame de una vez. Pero hazme algo, dame algo de ti. Hazme algo, que yo aún pienso en ti, y que aún queda algo en mi. Y duele tanto. Y hace tanto daño. Duele tanto estar sin ti.

domingo, 17 de octubre de 2010

Mejor muertos que no juntos.



PUEDE SER UN ERROR.
PUEDE SER UN ERROR.
PUEDE SER UN ERROR.
PUEDE SER UN ERROR.











Puede que caigan muertos los dos...


Y el está parado ahi, esperandola otra vez, ella viene un poco mal. Algo confundida. "¿Cuánto estás dispuesta a dar?" Le pregunta con dolor. Él la abraza una vez más. Otra vez sonríe.







OTRA VEZ SONRÍE.
OTRA VEZ SONRÍE.
OTRA VEZ SONRÍE.
OTRA VEZ SONRÍE.

viernes, 8 de octubre de 2010

Hide


Ahora me siento como guardiana de un secreto que no es tan secreto, portadora de algo oculto que muchos conocen, pero más ignoran.
Me siento una mala enferma, una mala escritora, una enamorada obsesiva, una traidora a las leyes de un mundo de mierda, me siento una mala cuidadana en aquel mundo.
Y no sé como algo que por tanto tiempo fue tan subrepticio salió a la deriva de un momento a otro.

martes, 5 de octubre de 2010

Crush


Why to commit suicide if you can fall in love?

lunes, 4 de octubre de 2010

sábado, 2 de octubre de 2010

Back







Aunque lo intenté, hay cosas muy fugaces que te traen de vueltan tan rápido como viene la siguiente ola.

viernes, 1 de octubre de 2010

No está.

Ahora dime, ¿dónde mierda está tu Dios?

jueves, 30 de septiembre de 2010

Borroso

El hueso de tu clavícula me estaba deformando la cara. Aún así, el perfume de tu cuello era como un imán para mi nariz, y no quería salir de ahí nunca más.

-¿Te acuerdas de tu primer cigarro?- me dijiste. Me reí.
- Si. Fué en la terraza del edificio de una amiga, vivía cerca de mi casa. Relativamente cerca.- Cogiste dos cigarrillos y el encendedor. Me pasaste uno de ellos y al mismo tiempo ofreciste fuego. Lo acepté.
- ¿Y?
- ¿Quieres que siga? No pensé que la historia sobre "como me lancé al cáncer" podía interesarte... Bueno, en la terraza habian sillones, sillas, incluso colchones de la gente del mismo departamento. El barrio era peligroso en la noche, por lo que mucho de los vecinos habían hecho abandono de él... y dejaban ahí sus cosas, tal vez de adrede, tal vez olvidadas. Nos sentabamos en los sillones o nos escondiamos en las telas. Un día mi amiga sacó una cajetilla llena de Belmont corriente y una caja de fosforos. Me dió uno. Lo prendió ella, y ahí aspiré. Como no sabía, el humo se metió en mis pulmones, en mi nariz, y me atrevería a decir que incluso en mi hígado. Empecé a toser, y fué peor. Me dieron ganas de vomitar. Me dolió la cabeza... si, me dolió durante el resto del día. - Sonreiste. Aspiraste tu cigarro y tiraste el humo en mi cara.
- Y dime ahora. ¿Recuerdas bien como te sentiste cuando entraste por primera vez en mi cama?