El tiempo nos hace mas violentxs.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Apples, V.


He regresado a la derrota de mi vida. El camino hasta aquí lo hice destrozando este día de tu cumpleaños en que amanecí soñando con tus flores y tus manzanas. Con cuánta ternura las busqué, con cuánta ternura las compré, escogiéndolas una por una, para ti, mi amor, por tu cumpleaños. Esta búsqueda, esta compra, esta selección, han sido mi día, eran para ti, Juan, eran para ti, que por la noche regresabas de Bruselas. Y ahora, la caminata hasta tu departamento me ha traído hasta este lecho donde yazgo. Sigue el presente, Juan. Estoy desesperada, tan sola, tan triste, tan inútilmente bella. Le he robado a una de esas muchachas este muchacho. Ya hicimos el amor y ya le conté que acababa de matar a un pianista llamado Juan. No me entendía bien, al principio, o sea que le conté que había sido primero un regalo de cumpleaños, una sorpresa para tu retorno, y luego, después, de pronto, un crimen premeditado, un perfecto crimen por telepatía. Por fin me entendió: tras haberte dejado mi regalo, las flores se convirtieron en mí, las manzanas en ti. Yo soy las flores, tú eres las manzanas, viejo, podrido, muerto.

Sigo sola, Juan, sigo huyendo, qué horrible resulta huir sin haberte dejado huellas. Estoy sentada en una estación de tren y no sé cuál tren tomar. Regresar a París... No me atrevo, no me atrevo sin haberte llamado antes. Y ahí está el teléfono, pero no me atrevo, esta vez no me atreveré a llamarte. Y tú, ¿cómo podrías llamarme?, si no te he dejado huellas esta vez. Pobre Juan, cuántas horas al día estarás tocando tu piano mientras yo regreso. No merezco regresar, Juan. No te olvides que te he matado.




(Alfredo Bryce Echenique.)

No hay comentarios: